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Born X Raised: ¿Hasta dónde estirar el legado de Spanto?

junio 23, 2025

La herencia de Spanto, las colaboraciones con la MLB y NFL, y la peligrosa línea entre homenaje y oportunismo.

Hace poco más de una década, Born X Raised irrumpió con fuerza desde Venice, California, como un acto de resistencia visual. Su estética chicana, los mensajes contundentes y el uso del old english no eran solo parte de una identidad gráfica: eran una declaración política. En un Los Ángeles que desplazaba a comunidades enteras en nombre del “progreso”, la marca creada por Chris “Spanto” Printup y Alex 2Tone se volvió un símbolo de pertenencia para los que el desarrollo urbano prefería olvidar.

Spanto no solo era un diseñador con conciencia, también fue un narrador que entendía su entorno como pocos. Su historia tenía raíces profundas: descendiente de comunidades nativas. Spanto vivía la violencia del despojo tanto en el presente como en el pasado histórico de su sangre. Born X Raised fue su respuesta: un manifiesto callejero que hablaba del orgullo local, la “brown culture”, el barrio y la pérdida. Fue una marca hecha desde el dolor y para los olvidados o menos protegidos.

Pero la historia cambió. La muerte de Spanto en 2023 dejó un vacío imposible de llenar, y desde entonces, la marca que nació para contar verdades incómodas ha caído —lentamente pero con evidencia— en lo que parecía jurar evitar: la explotación emocional del legado.

Hipercolaboración sin alma: cuando todo es una collab, nada importa

En los últimos años, Born X Raised ha entrado en una espiral de colaboraciones sin filtro: equipos de la MLB, la NFL, universidades, marcas, artistas… todo cabe. Lo que antes era estrategia cultural hoy parece fórmula comercial.

¿Qué tienen en común un drop con los Dodgers, otro con los Yankees, y ahora con los Diablos Rojos de México? Nada, más allá de una simple yuxtaposición de logos. La crudeza con la que antes se hablaba del despojo ahora es reemplazada por campañas centradas en la nostalgia, el orgullo “latino” y el coleccionismo. Sin narrativa, sin contexto, sin memoria. Un estampado no hace comunidad.

De representar a la calle… a venderle camisetas a quien nunca ha pisado la banqueta

La colaboración con los Diablos Rojos de México es quizá el ejemplo más claro. Una oportunidad desperdiciada de conectar las raíces de la cultura chicana con la mexicana, el barrio con el diamante, el deporte con la historia. Pero no: la colección parece otro producto hecho para alimentar el hype, no la reflexión. Un objeto para el reseller de LA, no para el fan de la CDMX, no para quienes recuerdan el nombre de Cananea Reyes. 

Y aquí es donde entra el falso sentimentalismo del “orgullo latino”. Aunque la marca ha apoyado causas ligadas a la defensa de migrantes —y se aplaude— también se ha beneficiado del uso simbólico de una identidad que muchas veces se enarbola solo cuando conviene comercialmente. ¿Por qué tantas marcas solo aman su cultura cuando están lejos de ella (por elección)? ¿Por qué el “mexicano en el extranjero” se convierte en símbolo de autenticidad solo cuando aparece en una sudadera de $180 USD?

La contradicción es dolorosa: se romantiza una tierra que no pisan, se lucra con símbolos que en México apenas sobreviven, y se excluye al verdadero consumidor que no puede pagar por lo que alguna vez fue “On The Turf”

2Tone en modo piloto automático

Alex 2Tone, ahora al mando de Born X Raised, ha intentado mantener vivo el espíritu fundacional con gestos que merecen reconocimiento: el homenaje anual a las comunidades indígenas, la continuidad de algunos mensajes de Spanto… Pero cada vez es más evidente el desgaste creativo y la desconexión. Piezas sin discurso, apropiaciones mal ejecutadas incluso alguna de ellas mientras Spanto aún seguía con vida (como aquella frase de la UNAM usada sin sentido), y tributos que no terminan de cuajar, como el de Juan Gabriel, usado más como estética que como relato.

Y es que sin Spanto, el motor se siente distinto. Hay talento, sí. Hay historia, también. Pero falta dirección. Sin esa visión personal, política y local, Born X Raised corre el riesgo de convertirse en una caricatura de sí misma.

¿A quién representa hoy Born X Raised?

En un panorama donde colaboraciones como las de 424 con Guillermo Andrade aún se sienten como protestas visuales, recordamos la collab de “Born X Krazy” junto a YG. Hoy Born X Raised parece más interesada en mantenerse en el juego del hype que en el juego de la memoria.

El streetwear siempre ha tenido esa tensión entre autenticidad y mercado, pero hay líneas que no se deben cruzar. Porque cuando el símbolo se convierte en objeto de lujo, ya no se representa al barrio: se lo usa.

No es solo culpa de las marcas

También hay que voltear hacia el consumidor. Y si consumimos sin criterio, si aplaudimos cada collab sin preguntarnos por su sentido, también somos cómplices del vaciamiento de identidad.

Las marcas no solo nos venden, nos reflejan. Si aplaudimos la nostalgia vacía, la recibiremos en exceso. Si exigimos historia, verdad, raíz, la escena del streetwear puede volver a contar cosas que valgan la pena.

Epílogo: más que una camiseta

Born X Raised nació para incomodar, para hablar desde la herida, para defender un territorio que ya no existe. Hoy, cada nueva colaboración debería preguntarse: ¿Qué diría Spanto?

No basta con estampar su nombre. Hay que escuchar su voz.

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