
Jaime Ruelas es una figura fundamental en el mundo de la ilustración retrofuturista, especialmente en el contexto de la música electrónica de los años 80 y 90 en México. Su trabajo para los flyers de emblemáticas fiestas y discotecas como Poly Marchs y Patrick Miller dejó una huella imborrable en la cultura disco. Estas ilustraciones, cargadas de figuras femeninas estilizadas, paisajes tecnológicos y elementos cibernéticos, evocan un futuro cargado de sensualidad, máquinas y una estética oscura pero vibrante, una visión que lo coloca en una línea comparable a la de Hajime Sorayama, el célebre ilustrador japonés conocido por sus “Sexy Robots” y su exploración del erotismo futurista.

La estética de Jaime Ruelas: Futuro latino y fantasía tecnológica
Ruelas tenía un estilo muy particular que mezclaba la sensualidad humana con lo tecnológico, generando imágenes que parecían sacadas de un sueño futurista. Inspirado por la ciencia ficción y el auge de la música disco y electrónica, Ruelas creó un universo visual que fusiona cuerpos humanos idealizados con máquinas, circuitos y luces de neón. Sus ilustraciones no solo anunciaban eventos musicales, sino que también prometían una experiencia sensorial en la que el futuro era un espacio de fiesta y liberación.
Lo interesante de su trabajo es cómo logra capturar un futurismo latino: aunque sus ilustraciones beben de referentes universales de la ciencia ficción, mantienen un aire local, ligado a la cultura urbana de la Ciudad de México y sus subculturas musicales. Las fiestas de Poly Marchs y Patrick Miller no eran solo eventos sociales, sino verdaderos rituales en los que sus flyers, diseñados por Ruelas, se convertían en objetos de culto. Cada uno de ellos prometía una noche fuera del tiempo, en la que las máquinas y los humanos se fundían al ritmo del hi-NRG y el italo disco.

Hajime Sorayama, por su parte, también se hizo mundialmente famoso por sus ilustraciones que exploraban el erotismo y la robótica. Sus icónicos Sexy Robots presentan cuerpos femeninos metálicos, altamente detallados y pulidos, que combinan el fetichismo de lo mecánico con la sensualidad humana. Sorayama se centraba en el futurismo individualizado, en una fantasía donde el placer y la tecnología se unían de forma provocadora.

Aunque el enfoque de ambos artistas es similar—la fusión entre lo humano y lo tecnológico—, sus contextos y objetivos eran diferentes. Sorayama buscaba crear piezas artísticas que trascendieran la ilustración comercial y se adentraran en el terreno del arte erótico futurista. En cambio, Ruelas trabajaba desde un lugar más ligado a la cultura popular y la música, donde el futurismo no solo era una fantasía visual, sino una forma de crear comunidad en torno a un estilo de vida y un movimiento musical.
Visualmente, las obras de Ruelas y Sorayama comparten ciertos elementos, como el detallado trabajo en los cuerpos y el uso de efectos metálicos y cromados. Sin embargo, mientras Sorayama se caracteriza por su perfección técnica y un estilo hiperrealista, Ruelas tenía un trazo más libre y vibrante, con un fuerte uso del color y composiciones dinámicas que transmitían movimiento y energía, ideales para representar la intensidad de una fiesta.
Un legado visual único
El trabajo de Jaime Ruelas trascendió su época y se convirtió en un referente visual de la contracultura electrónica mexicana. Sus ilustraciones no sólo reflejaban una visión futurista, sino que también capturaban la esencia de un movimiento musical que se negaba a quedarse en el margen y que buscaba, a través de la música y el arte, crear un espacio alternativo.
Aunque menos conocido a nivel internacional que Sorayama, el legado de Ruelas es innegable: su obra sigue siendo admirada y coleccionada por fanáticos de la música electrónica y del arte retrofuturista. Ambos artistas, a su manera, lograron plasmar una visión del futuro en la que la humanidad y la tecnología se entrelazan, pero mientras Sorayama lo hizo desde una perspectiva global y artística, Ruelas lo hizo desde el corazón de una subcultura que encontró en sus ilustraciones un símbolo de identidad y fantasía como una respuesta a un entorno en el que la tecnología aún era vista como un lujo o una promesa lejana.

En resumen, Jaime Ruelas y Hajime Sorayama comparten el mérito de haber imaginado futuros en los que el deseo, la tecnología y lo humano se encuentran, aunque lo hicieron desde contextos y estilos muy distintos. Mientras Sorayama representa una visión internacional del futurismo erótico, Ruelas es el creador de un futurismo urbano y latino, vibrante y lleno de vida, que dejó su marca indeleble en la historia de la música y la cultura underground de México.