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La soledad y el futuro pop: how i’m feeling now de Charli XCX como manifiesto emocional de encierro

mayo 14, 2025

Hace 5 años el mundo estaba cerrado pero Charli XCX hizo exactamente lo contrario: abrió su proceso creativo al mundo entero. how i’m feeling now, concebido, producido y lanzado en menos de seis semanas durante la primera ola de la pandemia y cuando no terminabamos de entender el encierro, no solo capturó el espíritu de una época marcada por la incertidumbre, sino que redefinió su lugar en el pop contemporáneo. Fue un acto de vulnerabilidad, de velocidad y de absoluta honestidad, y con ello se convirtió en el punto de inflexión más importante en su carrera.

Si bien Charli ya venía empujando los límites del pop desde sus colaboraciones con PC Music y sus mixtapes como Pop 2, este disco fue el primero en el que no hubo filtros. No hay comités de marketing, ni estudios gigantes, ni planes de largo plazo: solo ella, una laptop, su novio, sus sentimientos y una comunidad online que la acompañó en cada paso. Es un álbum DIY en el sentido más puro, sin sacrificar ni un ápice de ambición o complejidad sonora.

El sonido es abrasivo, glitchy, lleno de éxtasis. Producido junto a figuras como A.G. Cook, Dylan Brady (de 100 gecs) y BJ Burton, el álbum mezcla lo sintético y lo emocional de una forma casi esquizofrénica. Los beats son distorsionados, las voces a veces chirrían o se duplican en capas sobre capas, y sin embargo, el corazón de cada track late fuerte: es un pop que no pide permiso, sino que se desborda. Las canciones no solo suenan a 2020: son 2020. Caóticas, bellas, incompletas, como la vida encerrada entre paredes que no elegimos.

En cuanto a la temática, Charli XCX hace un giro radical hacia lo íntimo. Lejos del hedonismo de discos anteriores, how i’m feeling now es un retrato emocional del aislamiento, del amor a distancia, del deseo de conexión en medio del encierro. Tracks como “forever”, “claws” y “detonate” abordan la fragilidad emocional con una sinceridad cruda, casi adolescente, pero siempre desde una óptica moderna y autoconsciente. Hay una especie de dulzura extraterrestre que recorre todo el álbum, como si la tecnología y la emoción ya no fueran opuestos, sino una sola cosa.

Una de las virtudes más notables del disco es cómo Charli se apropia del lenguaje de internet sin caer en la caricatura. El álbum fue construido en tiempo real, con insumos de sus fans, ideas compartidas por Zoom, sesiones de producción en vivo y una comunicación constante vía redes. En ese sentido, how i’m feeling now no es solo un álbum: es un documento de proceso, una experiencia colectiva que hizo revolucionar el pop de Charli. Lo que en otros artistas podría sentirse como gimmick, en Charli se convierte en una expresión honesta de comunidad digital.

Pero más allá del contexto pandémico, el disco brilla por su capacidad de mirar hacia el futuro. En vez de retraerse ante la incertidumbre, Charli eligió explorarla, usando cada ansiedad como combustible para una nueva etapa artística. Y esa decisión la consolidó no solo como una estrella del pop experimental, sino como la arquitecta de una nueva sensibilidad sonora, donde el dolor, el deseo, el glitch y la belleza pueden coexistir sin pedir permiso.

how i’m feeling now es, al final, una declaración poderosa: el pop puede ser íntimo y vanguardista al mismo tiempo, puede hacerse con prisas y seguir siendo brillante, puede reflejar el caos sin dejar de sonar como esperanza. Es un disco que nace del encierro, pero no se queda atrapado ahí. Al contrario, abre una puerta.

Y Charli XCX, desde ese umbral, no solo nos dejó entrar: nos invitó a construir con ella un nuevo futuro.

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